Dejar para recomenzar

Santiago – Chile
Diciembre 2002
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Dejar para recomenzar
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El Maestro
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Dejar para recomenzar.
Dejar, dejar, dejar que las aguas fluyan.
Dejar que todo tome su curso.
Dejar, dejar sin arrepentimiento, sin pena, sin soledad.
Dejar en paz, en amor, en quietud.
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¡Cuánto aprendéis del dejar!
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Vosotros los seres humanos, tenéis una gran capacidad para atesorar momentos, vivencias, experiencias.
Fijaos en vosotros y no olvidéis las grandes lecciones que habéis aprendido en este bello espacio creado para vosotros.
Un espacio nuevo os espera quieto. Debéis encaminaros hacia él, ya os espera y en él hallaréis sorpresas gratas y nuevos desafíos para vuestro bienestar interior.
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Comprenderéis a medida que caminéis al encuentro. Ha sido dado tiempo suficiente para completar los aprendizajes que eran necesarios para vosotros y quien os acompaña.
Has iluminado vuestro ser interno con la atención. Hoy sois más diáfano, hoy entendéis mucho más, hoy sabéis cuanto se precisa de vosotros y estáis encaminando vuestro quehacer hacia un destino de servicio.
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Tendréis apoyos valiosos para vosotros y encontraréis bellas almas que necesitan vuestra atención.
Deseo permanecer quieto para poder ver el momento.
¡Ver hijo!
Ver, ver es comprender y sois mucho más.
El compañero comprende. Vosotros sois más de lo que pretendéis ser y es vuestra tarea dejar fluir vuestros anhelos y vuestras inquietudes.
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Necesitáis descubrir otras verdades de vosotros y el sentimiento os embarga hijo. Procurad aquietar vuestras aguas, vuestro ímpetu de soberbia.
Dejad en paz a vosotros, que vosotros os dejará en paz.
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Mi paz y mi amor están siempre con vosotros y en las nuevas tareas. Grandes descubrimientos haréis y el corazón se hinchará de gozo. Vuestra alegría es vuestra aliada.
¡Sonreíd hijo!
Que los colores de la vida os acompañan.
Tiempos de alegría vienen.
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Gracias Maestro
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