¿Qué pretendéis controlar?

Santiago - Chile

Octubre 22 de 2002

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Oración

Ante vosotros Padre Amado, me presento.

Ante las formas que conforman mi historia, verdades son para mí.

Ante vosotros me presento.

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El Padre

¿Controlar?

¿Qué pretendéis controlar amado?

¿El control de vuestras emociones?

¿El control de vuestro ímpetu de sobervia?

¿El control de vuestro destino?

¿Qué pretendéis controlar hijo mío?

-mi vida, Padre amado-

Hijo mío la vida no se controla, ella debe fluir como un manatial fresco cada día, el control sólo entorpece el fluir.

No podéis controlar el amor, el amor es movimiento, es creación, es recreación, el amor precisa de vosotros.

Actos de amor debéis emprender, para sentiros en armonía, una que ha costado mantener en vuestro corazón. Tratáis de quedaros quieto, mas vosotros y lo sabéis, estáis en constante movimiento. Tu naturaleza humana es movil, es inquieta y has tratado de controlar, dominar algo...una fuerza que no es posible dominar.

Contra vuestra naturaleza no podéis, sois simples figuras de papel para el Gran Aliento de la Verdad. Intentáis controlaros y ya sabéis que no podéis. En contradicción pensáis que estás, mas o digo a tí...que no es así. La imagen que vez, es sólo el resultado del intento de controlar todo y eso hace que no podáis ver con claridad.

Una gran Fuerza está en tu hogar, obrando para vosotros una verdad. Preparado estáis siendo para comenzar una nueva etapa de vuestro aprendisaje...etapa, que llenará vuestro bello corazón de alegría y realización.

No debéis temer los aconteceres, no hijo mío, no debéis temer.

Has pedido al Padre..."no más miedo"... y esa petición que ha salido del corazón del hijo, se ha escuchado y asistido estas.

Te preocupa aquel, el compañero, preocupado estáis por él...

-sí Padre-

Mas os digo a vosotros, que se ha dispuesto que él emprenda su camino. Podrá no entender ahora y el dolor pueda que lo embargue, mas acompañado va y no está sólo hijo...no está sólo...se le ha asistido en la forma y está acompañado...el compañero de camino lo ha reconocido y él también.

Mi palabra se manifiesta en él y no debéis temer. Debéis ayudar a crecer, para que vosotros podáis crecer hijo mío.

-Padre es tan tremendo este momento, no quiero equivocar el camino-

Las decisiones debéis tomarlas tú, bajo tú perspectiva.

¿Qué es lo que necesitáis?

¿Qué es lo que quieres?...

-¡vivir!-

-¿puedo vivir?-

-¡vivir!...¡vivir!...¡vivir!-

-¡eso quiero!-

El hijo anhela vivir. El hijo debe vivir, es mi mandato.

¡Vive hijo!

Yo Soy en vosotros, Voy y Estoy.

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Gracias Maestro

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